martes, 4 de noviembre de 2008

Algo más de Inteligencia Emocional PARTE 1

INTELIGENCIA EMOCIONAL


EL DESAFIÓ DE ARISTÓTELES

“Cualquiera puede ponerse furioso… eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta… eso no es fácil”. (Aristóteles, Ética a Nicómaco).

En los noticieros de todos los días abundan informes de este tipo sobre la desintegración de la cortesía y la seguridad, un ataque violento del impulso ruin que todo lo destruye. Pero las noticias reflejan en una escala más amplia la sensación de que existe cada vez más emociones fuera de control en nuestra propia vida y en la de quienes nos rodean. Nadie queda apartado de esta errática correrá de arrebato y arrepentimiento; que impregna la vida de todos, de una u otra forma, que refleja un aumento de la ineptitud emocional, la desesperación y la imprudencia en nuestras familias, nuestras comunidades y nuestra vida colectiva.

Una extendida enfermedad emocional se expresa en el aumento de los casos de depresión en el mundo entero, y en los recordatorios de una creciente corriente de agresividad: adolescentes que van a la escuela con armas, accidentes en autopistas que acaban con disparos, exempleados descontentos que asesinan a sus antiguos compañeros de trabajo, maltrato emocional. La frase en boga ha pasado de la alegre “Que le vaya bien”, a la irritabilidad de “Déjeme en paz”.


PORQUE EMPRENDER AHORA ESTA EXPLORACIÓN

Las emociones como partes más primitivas del mismo individuo, que nos mueven a hacer la guerra y también el amor, están canalizadas para bien o para mal.

¿Qué factores entran en juego, por ejemplo, cuando las personas que tienen un elevado cociente intelectual tienen dificultades y las que tienen un cociente intelectual modesto se desempeña sorprendentemente bien? Yo afirmaría que la diferencia suele estar en las habilidades que aquí llamamos inteligencia emocional, que incluye el autodominio, el celo, la persistencia y la capacidad de motivarse uno mismo.

El argumento que sustenta la importancia de la inteligencia emocional gira en torno a la relación que existe entre sentimientos, carácter e instintos morales. Existen cada vez más pruebas de que las posturas éticas fundamentales en la vida surgen de capacidades emocionales subyacentes. El impulso es el instrumento de la emoción; la semilla de todo impulso es un sentimiento que estalla por expresarse en la acción. Quienes están a merced del impulso –los que carecen de autodomino– padecen una deficiencia moral: la capacidad de controlar el impulso es la base de la voluntad y el carácter. La raíz del altruismo se encuentra en la empatía, la capacidad de interpretar las emociones de los demás. Y si existen dos posturas morales que nuestra época reclama son precisamente estas: dominio de sí mismo y compasión.

NUESTRO VIAJE

Primera Parte. Comprender el interjuego de estructuras cerebrales que dominan nuestros momentos de rabia y temor –o de pasión y dicha–.

Segunda Parte de este libro, consiste en ver cómo intervienen los factores neurológicos en el talento básico para vivir llamado inteligencia emocional: ser capaz, por ejemplo, de refrenar el impulso emocional; interpretar los sentimientos más íntimos del otro; manejar las relaciones de una manera fluida; en palabras de Aristóteles, la rara habilidad de “ponerse furiosos con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta”.

Coloca las emociones en el centro de las aptitudes para vivir. La Tercera examina algunas diferencias clave que encierran estas aptitudes; cómo dichas habilidades pueden preservar nuestras relaciones más preciadas, cómo las fuerzas del mercado que están dando nueva forma a nuestra vida laboral están adjudicando un valor sin precedentes a la inteligencia emocional para el éxito en el trabajo; y cómo las emociones negativas suponen para nuestra salud física un riesgo tan grande como el habito de fumar, aunque el equilibrio emocional puede ayudar a proteger nuestra salud y bienestar.

La herencia genética nos dota de una serie de rasgos emocionales que determinan nuestro temperamento. Pero el circuito cerebral implicado es extraordinariamente maleable; temperamento no es destino.

La Quinta Parte explora los peligros que acechan a aquellos que, mientras maduran, no logran dominar el reino emocional: cómo las deficiencias en la inteligencia emocional realzan un espectro de riesgos, desde la depresión o una vida de violencia hasta trastornos en la alimentación o abuso de las drogas.

La pregunta es: ¿cómo podemos poner inteligencia en nuestras emociones… y cortesía en nuestras calles y preocupación y cuidado en nuestra vida en común?


¿PARA QUE SON LAS EMOCIONES?

“Es con el corazón como vemos correctamente; lo esencial es invisible a los ojos” (Antonie De Saint-Exupéry “El principito”).

Sugiere que nuestros sentimientos más profundos, nuestras pasiones y anhelos, son guías esenciales, y que nuestra especie debe gran parte de su existencia al poder que aquellos tienen sobre los asuntos humanos.

Considerado desde el punto de vista del intelecto, el sacrificio personal es discutiblemente irracional; desde el punto de vista del corazón, es la única elección posible.

En esencia, todas las emociones son impulsos para actuar, planes instantáneos para enfrentarnos a la vida que la evolución nos ha inculcado. La raíz de la palabra emoción es motere, el verbo latino “mover”, además del prefijo “e”, que implica “alejarse, lo que sugiere que en toda emoción hay implícita una tendencia a actuar.

Más detalles filosóficos acerca de cómo cada emoción prepara al organismo para una clase distinta de respuesta.

1.- Con la ira, la sangre fluye a las manos y así resulta más fácil tomar un arma para originar una acción vigorosa.

2.- Con el miedo, la sangre va a los músculos esqueleticos grandes, como los de las piernas y así resulta más fácil huir.

3.- Entre los principales cambios biológicos de la felicidad hay un aumento de la actividad en un centro nervioso que inhibe los sentimientos negativos y favorece un aumento de la energía disponible.

4.- El amor, los sentimientos de ternura y la satisfacción sexual dan lugar a un despertar parasimpático: el opuesto fisiológico de la movilización, es un conjunto de reacciones de todo el organismo, que genera un estado general de calma y satisfacción, facilitando la cooperación.

5.- La expresión de disgusto es igual en el mundo entero y envía un mensaje idéntico.

6.- Una función importante de la tristeza es ayudar a adaptarse a una pérdida significativa . la tristeza produce una caída de la energía y el entusiasmo por las actividades de la vida.

En un sentido muy real, tenemos dos mentes, una que piensa y otra que siente. Una, la mente racional, es la forma de comprensión de la que somos típicamente conscientes: más destacada en cuanto a la conciencia, reflexiva, capaz de analizar y meditar. Pero junto a este existe otro sistema de conocimiento, impulsivo y poderoso aunque a veces ilógico: la mente emocional.

La dicotomanía emocional/racional se aproxima a la distinción popular entre “corazón” y “cabeza”; saber que algo esta bien “en el corazón de uno” es una clase de convicción diferente.

Estas dos mentes, la emocional y la racional, operan en ajustada armonía en su mayor parte, entrelazando sus diferentes formas de conocimiento para guiarnos por el mundo. Por lo general existe un equilibrio entre mente emocional y racional, en el que la emoción alimenta e informa las operaciones de la mente raciona, y la mente racional depura y a veces veta la energía de entrada de las emociones. Sin embargo, la mente emocional y la mente racional son facultades semindependientes.


ANATOMÍA DE UN ASALTO EMOCIONAL

“La vida es un comedia para aquellos que piensan y una tragedia para aquellos que sienten” (Orase Walpole).

Si la amígdala queda separada del resto del cerebro, el resultado es una notable incapacidad para apreciar el significado emocional de los acontecimientos; a veces se llama a esta condición “ceguera afectiva”.

La amígdala actúa como deposito de la memoria emocional, y así tiene importancia por si misma; la vida sin amígdala es una vida despojada de significados personales.

Además del afecto, hay otros factores relacionados con la amígdala: de ella dependen todas las pasiones.

La investigación de LeDoux explica cómo la amígdala puede ejercer el control sobre lo que hacemos incluso mientras el cerebro pensante, la neocorteza, está intentando tomar una decisión.

Y ese es el problema: la inteligencia académica no ofrece prácticamente ninguna preparación para los trastornos –o las oportunidades– que acarrea la vida. Sin embargo, aunque un CI elevado no es garantía de prosperidad, prestigio ni felicidad en la vida, nuestras escuelas y nuestra cultura ce concentran en las habilidades académicas e ignoran la inteligencia emocional, un conjunto de rasgos –que algunos podrían llamar carácter– que también tiene una enorme importancia para nuestro destino personal. La vida emocional es un ámbito que, al igual que las matemáticas u la lectura, puede manejarse con mayor o menor destreza y requiere un singular conjunto de habilidades. La aptitud emocional es una meta-habilidad y determina lo bien que podemos utilizar cualquier otro talento, incluido el intelecto puro.


¿LAS EMOCIONES PUEDEN SER INTELIGENTES?

En los últimos años, un grupo cada vez más grande de psicólogos ha llegado a conclusiones similares, coincidiendo con Gardner en que los antiguos conceptos de CI giraban en torno a una estrecha franja de habilidades lingüísticas y matemáticas y que desempeñarse bien en las pruebas de CI más directamente un medio para predecir el éxito en el aula o como profesor pero cada vez menos en los caminos de la vida que se apartan de lo académico. Inteligencia emocional, ampliando estas capacidades a cinco esferas principales:

1. Conocer las propias emociones. La conciencia de uno mismo –el reconocer un sentimiento mientras ocurre– es la clave de la inteligencia emocional. La capacidad de controlar sentimientos de un momento a otro es fundamental para la penetración psicológica y la comprensión de uno mismo.

2. Manejar las emociones. Manejar los sentimientos para que sean adecuados es una capacidad que se basa en la conciencia de uno mismo.

3. La propia motivación. Como demostrara ordenar las emociones al servicio de un objetivo es esencial para prestar atención, para la automotivación y el dominio, y para la creatividad. El autodominio emocional –postergar la gratificación contener la impulsividad– sirve de base a toda clase de logros.

4. Reconocer emociones en los demás. La empatía, otra capacidad que se basa en la autoconciencia emocional, es la “habilidad” fundamental de las personas. Las personas que tienen empatía están mucho más adaptadas a las sutiles señales sociales que indican lo que otros necesitan o quieren.

5. Manejar las relaciones. El arte de las relaciones es, en gran medida, la habilidad de manejar las emociones de los demás.


CI E INTELIGENCIA EMOCIONAL: TIPOS PUROS

CI e inteligencia emocional no son conceptos opuestos sino más bien distintos. Todos mezclamos intelecto y agudeza emocional. En efecto, existe una ligera correlación entre CI y algunos aspectos de la inteligencia emocional.

El hombre de elevado CI se caracteriza –lo cual no es extrañar– por una amplia variedad de intereses y habilidades intelectuales. Es ambicioso y productivo, previsible y obstinado, y no se preocupa por sí mismo. También tiene tendencia a ser critico y condescendiente, fastidioso e inhibido, se siente incomodo con la sexualidad y la experiencia sensual, es inexpresivo e indiferente, y emocionalmente afable y frió.

En contraste, los hombres que tienen una inteligencia emocional elevada son socialmente equilibrados, sociales y alegres, no son pusilánimes ni suelen pensar las cosas una y otra vez. Poseen una notable capacidad de compromiso con las personas o las causas, de asumir responsabilidades y de alcanzar una perspectiva ética; son solidarios y cuidadosos de las relaciones. Su vida emocional es rica y apropiada; se sienten cómodos con ellos mismos, con los demás y con el universo social donde viven.

Las mujeres que pertenecen exclusivamente al tipo de CI elevado tienen la seguridad intelectual esperada, expresan fluidamente sus ideas, valoran las cuestiones intelectuales y poseen una amplia variedad de intereses intelectuales y estéticos. También suelen ser introspectivas, son propensas a la ansiedad, a la reflexión, a los sentimientos de culpabilidad y vacilan cuando se trata de expresar abiertamente su ira (aunque lo hacen indirectamente).

En contraste, las mujeres emocionalmente inteligentes suelen ser positivas y expresan sus sentimientos y se muestran positivas con respecto a ellas mismas; para ellas, la vida tiene significado. Al igual que los hombres, son sociables y expresan sus sentimientos de manera adecuada; se adaptan bien a la tensión. Su aplomo social les permite comunicarse fácilmente con personas nuevas; se sienten lo suficientemente cómodas con ellas mismas para ser alegres, espontáneas y abiertas a la experiencia sensual. En todos nosotros hay una mezcla de CI e inteligencia emocional en diversos grados, sin embargo de las dos, la inteligencia emocional añade muchas más de las cualidades que nos hacen más plenamente humanos.


CONOCETE A TI MISMO

La frase de Sócrates “Conócete a ti mismo” confirma esta piedra singular de la inteligencia emocional: la conciencia de los propios sentimientos en el momento en que se experimentan.

En resumen, conciencia de uno mismo significa ser “consciente de nuestro humor y también de nuestras ideas sobre ese humor”.

Mayer opina que la gente suele adoptar estilos característicos para responder y enfrentarse a sus emociones:

1.- Consciente de si mismo. Conscientes de sus humores en el momento en que los tienen. Su claridad con respecto a las emociones puede reforzar otros rasgos de su personalidad: son independientes y están seguras de sus propios limites, poseen una buena salud psicológica y suelen tener una visión positiva de la vida.

2.- Sumergido. Se trata de personas que a menudo se sienten empantanadas en sus emociones e incapaces de liberarse de ellas, como si el humor las dominara. Son volubles y no muy conscientes de sus sentimientos, hacen poco por tratar de librarse del mal humor y sienten que no controlan su vida emocional. A menudo se sienten abrumadas y emocionalmente descontroladas.

3.- Aceptador. Si bien estas persona suelen ser claras con respecto a lo que sienten, también tienen tendencia a aceptar sus humores y no tratan de cambiarlos.

La clave para una toma de decisiones personales más acertadas es, en resumen, estar en sintonía con nuestros sentimientos.
CONTINUA PARTE 2 DE 2

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¿ QUE ES EL DESARROLLO ORGANIZACIONAL?

¿ QUE ES EL DESARROLLO?

El desarrollo es un proceso lento y gradual que nos permite conducirnos hacia el conocimiento de la organización y lograr la realización plena de sus potencialidades. Dicho de otra manera, el desarrollo nos permite tener un conocimiento profundo y real de la organización y del medio ambiente que la rodea. Al conocer la organización, podemos determinar la estructura interna suficientemente flexible para la adaptación a los cambios, permitiendo planificar y lograr la eficiente conducción de las relaciones al interior de la organización y con el ambiente. En consecuencia, la eficacia organizacional tiene relación directa con la capacidad de supervivencia y adaptación.

DESARROLLO ORGANIZACIONAL
(El cambio organizacional planeado)

Concepto de desarrollo organizacional : es el esfuerzo a largo plazo apoyado por la alta gerencia para mejorar procesos de solución de problemas de renovación organizacional, en especial mediante un diagnostico eficaz y colaborador , y la administración de la cultura organizacional (con énfasis en los equipos formales de trabajo, equipos temporales y cultura intergrupal), con la asistencia de un consultor – facilitador y el empleo de la teoría y tecnología de la ciencia aplicada al comportamiento , incluidas la acción y la investigación. (french y bell. organizational development: behavioral science interventions for organitational improvement)

El desarrollo organizacional implica los cambios estructurales y técnicos, pero su objetivo principal es cambiar a las personas, su naturaleza y calidad en las relaciones laborales, es decir, cambiar la CULTURA ORGANIZACIONAL.

Si consideramos que la organización tiene etapas bien definidas durante su existencia (Fase pionera, fase de expansión, fase de reglamentación, fase de burocratización y fase de Reflexibilización), la etapa de Reflexibilización, que se define como la readaptación hacia la flexibilidad, en la cual la organización se encuentra con su capacidad de innovación perdida con la introducción consciente de sistemas organizacionales flexibles. De esto ultimo podemos determinar que EL DESARROLLO ORGANIZACIONAL ES EXACTAMENTE UNA ACTIVIDAD DE REFLEXIBILIZACION.