El papel del profeta consiste en desarrollar una idea que acaba por movilizar todos, una idea que es una visión del futuro, una idea que la considera como un sueño y que hará lo posible por llevarla a cabo. Al hacerlo así, él induce en sus seguidores la energía y la creatividad.
Para entender al profeta es preciso haber comprendido la fuerza de las ideas y la del espíritu que suele ser asociado con ellas. Estas ideas son la semilla de la creación material. Al imponer sus ideas sobre el orden establecido, los profetas son revolucionarios de la técnica... o revolucionarios sociales.
La etapa del profeta es la creación de la empresa, sus inicios. En esta etapa sobresale la creatividad y la energía y el entusiasmo de llevar a cabo esta idea. Dentro de una cultura o corporación madura, la personalidad creadora chocará seguramente, y se comprende el porqué. En la fase de la madurez la empresa está determinada por la realidad material; lo que quiere es fabricar productos de una manera continuada, permanente y estable. A diferencia de la etapa del profeta en la que los cambios son lo más normal ya que se está, continuamente, buscando la mejor línea de producción o la mejor manera de vender, etc.
El profeta tiene ideas visionarias y de largo alcance, está dispuesto a sacrificar grandes cantidades de tiempo y energía, tiene la costumbre de aislarse durante largos periodos de tiempo para dedicarse a perfeccionar sus ideas, es considerado por los demás como un poco “diferente”, no es muy organizado y los detalles le fastidian.
Para el profeta entre mas desafío haya, mayor será el estímulo lo cual lleva a una dedicación mayor y por lo mismo mejores resultados. Los profetas no piden únicamente que aceptemos un pensamiento intelectual, sino que cambiemos de identidad social además. Las consecuencias del acto profético son la unificación, inspiración y movilización. En los negocios como en la ciencia, los profetas reaccionan frente a los incentivos del medio ambiente y esto es algo que les ayuda a darse cuenta de por donde se debe ir. Al inicio del capítulo El Profeta del libro De Bárbaros a Burócratas se cita a George Bernard Shaw que dice “Los hombres razonables se adaptan a su medio ambiente; los hombres irrazonables intentan que el medio ambiente se adapte a ellos; de ello se desprende que todo progreso es el que resulta de los afanes de los hombres irrazonables”, esto me llamó mucho la atención y me inspiró porque en pocas palabras es el hecho de hacer que todo suceda lo que atrae al éxito, de ahí que los profetas busquen esa situación y están pendientes de lo que sucede en este medio ambiente para adaptarlo. Lo más importante de los profetas es el anticonformismo, ellos nunca están satisfechos y siempre buscan más. El profeta se atiene solo a los dictados de su cerebro y espíritu, no a los juicios de los demás. Cuando se siente frustrado por la inmovilidad burocrática, lo más probable es que se aleje para emprender su propio camino.
Para entender al profeta es preciso haber comprendido la fuerza de las ideas y la del espíritu que suele ser asociado con ellas. Estas ideas son la semilla de la creación material. Al imponer sus ideas sobre el orden establecido, los profetas son revolucionarios de la técnica... o revolucionarios sociales.
La etapa del profeta es la creación de la empresa, sus inicios. En esta etapa sobresale la creatividad y la energía y el entusiasmo de llevar a cabo esta idea. Dentro de una cultura o corporación madura, la personalidad creadora chocará seguramente, y se comprende el porqué. En la fase de la madurez la empresa está determinada por la realidad material; lo que quiere es fabricar productos de una manera continuada, permanente y estable. A diferencia de la etapa del profeta en la que los cambios son lo más normal ya que se está, continuamente, buscando la mejor línea de producción o la mejor manera de vender, etc.
El profeta tiene ideas visionarias y de largo alcance, está dispuesto a sacrificar grandes cantidades de tiempo y energía, tiene la costumbre de aislarse durante largos periodos de tiempo para dedicarse a perfeccionar sus ideas, es considerado por los demás como un poco “diferente”, no es muy organizado y los detalles le fastidian.
Para el profeta entre mas desafío haya, mayor será el estímulo lo cual lleva a una dedicación mayor y por lo mismo mejores resultados. Los profetas no piden únicamente que aceptemos un pensamiento intelectual, sino que cambiemos de identidad social además. Las consecuencias del acto profético son la unificación, inspiración y movilización. En los negocios como en la ciencia, los profetas reaccionan frente a los incentivos del medio ambiente y esto es algo que les ayuda a darse cuenta de por donde se debe ir. Al inicio del capítulo El Profeta del libro De Bárbaros a Burócratas se cita a George Bernard Shaw que dice “Los hombres razonables se adaptan a su medio ambiente; los hombres irrazonables intentan que el medio ambiente se adapte a ellos; de ello se desprende que todo progreso es el que resulta de los afanes de los hombres irrazonables”, esto me llamó mucho la atención y me inspiró porque en pocas palabras es el hecho de hacer que todo suceda lo que atrae al éxito, de ahí que los profetas busquen esa situación y están pendientes de lo que sucede en este medio ambiente para adaptarlo. Lo más importante de los profetas es el anticonformismo, ellos nunca están satisfechos y siempre buscan más. El profeta se atiene solo a los dictados de su cerebro y espíritu, no a los juicios de los demás. Cuando se siente frustrado por la inmovilidad burocrática, lo más probable es que se aleje para emprender su propio camino.
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